Claudia Urra y Sandra Labarrera muestran el estado de sus
heridas luego de nueve y diez días de cicatrización.
Adoloridas
e indignadas. Así estaban Sandra Labarrera Allende y Claudia Urra
Labarrera, madre e hija, quienes llegaron desde Tacna arrepentidas de
haber ido a practicarse allí sendas cirugías plásticas.Ambas
lucían notorias suturas que les cruzaban de lado a lado el abdomen; en
el caso de la primera, marcas rojas abajo y al lado de los omóplatos. Tras
un par de visitas, llegaron a la consulta del Dr. Ángel Ernesto Arce Sánchez,
médico cirujano, registro 7710 del Colegio Médico del Perú, quien les
pareció serio y les aseguró que las dejaría como en la foto de una
revista que les mostró, eliminándoles las estrías y haciéndoles un nuevo
ombligo, además de una lipoaspiración, todo por un global de 900 mil
pesos.
Según relataron, hace tiempo que ambas querían intervenirse, para sacarse algo de grasa abdominal, eliminar las estrías y, en el caso de la madre, también algunos "rollitos" detrás de los brazos. Pero, el costo de un millón y medio de pesos por una abdominoplastía (operación al abdomen) les parecía alto.
En
Antofagasta, donde trabajan, trabaron amistad con una ciudadana peruana,
que les contó que en su país era mucho más barato operarse. Así,
juntaron dinero, hasta que la tercera semana de febrero emprendieron el
largo viaje en auto desde la capital de la Segunda Región hasta Tacna.
Allí
buscaron un hotel y salieron a preguntar por cirugías plásticas. "Una
persona en la calle estaba repartiendo folletos y fuimos a ver al doctor
que salía ahí, pero no nos dio confianza, por el aspecto de su consulta
y porque hablaba como charlatán", relataron.
COMO LA FOTO
Tras
un par de visitas, llegaron a la consulta del doctor Angel E. Arce,
médico cirujano, registro 7710 del Colegio Médico del Perú, quien les
pareció serio y les aseguró que las dejaría como en la foto de una
revista que les mostró, eliminándoles las estrías y haciéndoles un nuevo
ombligo, además de una lipoaspiración, todo por un global de 900 mil
pesos.
A Sandra, de 38
años, la operó el miércoles 18 de enero; a su hija, de 18, al día
siguiente, en una casa con una habitación habilitada como quirófano. A
ambas, después de un par de horas de terminada la intervención, las
envió en auto de vuelta al hotel.
Según
contaron, el sábado 21, cuando se sacaron las vendas, se dieron cuenta
de cómo habían quedado. Todos los días, a las siete de la mañana y a las
siete de la tarde, el médico pasaba por el hotel para inyectarlas, así
que apenas lo vieron ese día le reclamaron.
Después de un rato de discusión, el doctor accedió a operar de nuevo a Sandra. Pero la nueva intervención no solucionó nada.
Por
fin, el jueves 26, convencidas de que habían cometido el error de sus
vidas, fueron al Hospital "Hipólito Unanue" de Tacna, donde les
recetaron antibióticos y antiinflamatorios. Les dijeron que no podían
hacer nada más por ellas.
A
día siguiente, a través del Consulado de Chile en Tacna, lograron que
el médico les devolviera 110 mil pesos, porque "ya no nos quedaba para
seguir pagando alojamiento y comer". Así que regresaron a Chile.
POCO PROLIJO
En
Arica fueron a la Unidad de Emergencia del Hospital "Doctor Juan Noé".
El doctor Daniel Núñez, quien las examinó, dijo luego que técnicamente
lo que les hicieron fue una abdominoplastía, pero con un procedimiento
"poco prolijo".
"Fue un
trabajo chapucero (tosco)", opinó, "y el resultado no va a ser muy
estético". En todo caso dijo que ninguna de las dos tiene complicaciones
ni está en riesgo, sólo tienen que terminar su postoperatorio en
reposo.
El cirujano
plástico ariqueño Hernán Sudy opinó que si las enviaron de regreso a su
hotel el mismo día de la operación, se expusieron a un serio riesgo,
porque ese tipo de intervención requiere al menos tres días de
hospitalización.
"Esto
prueba una vez más que lo barato cuesta caro. A mí me ha tocado varios
casos de gente que se ha operado en Tacna y ha vuelto con cirugías de
mamas con cicatrices horribles o con implantes de mamas o de glúteos que
se han infectado. Incluso hace tres años una señora falleció después de
hacerse allí una liposucción. Pero la gente insiste en ir a operarse a
Perú. Si ellas buscaron un cirujano preguntando en la calle, lo que le
pasó es culpa suya".
fuente:La estrella de Arica/cl