Este tipo de casos no debería asombrar a nadie, pareciera ser algo institucionalizado en los servicios públicos de salud. Existen muchas situaciones que así lo indican. Por ejemplo, si alguien requiere de atención urgente, las citas que le ofrecen son para el mes siguiente - cuando el paciente ya no lo necesita; otros muchos pacientes conseguirían sus citas a cambio de dádivas o dinero; las historias clínicas, son información personal del paciente, pero el médico lo maneja como si fuese el dueño - el paciente no tiene acceso y no tiene forma de saber si los protocolos son aplicados correctamente, si existe algún error. Mas sospechoso aun, es la negativa de las autoridades del sector se resisten a implementar el uso de la historia clínica electrónica, cuyo acceso debe tener la autorización del paciente.
Florentino Portilla tenía que llevarle cada mes 100 soles para la cita adicional y fue condenado a cuatro años de pena privativa de la libertad.
David Flores Morales, oncólogo del hospital Rebagliati, había sido condenado por cobrarle irregularmente casi 30 mil soles a Florentino Portilla, paciente con cáncer terminal.
Con las evidencias el médico fue condenado a 4 años de prisión suspendida pero al apelar la sentencia, la Sala Superior Anticorrupción del Poder Judicial anuló por mayoría la condena.
Un nuevo Juzgado Anticorrupción será el encargado de procesarlo, mientras tanto el oncólogo podrá ejercer nuevamente como médico por lo que la Fiscalía ya solicitó 6 años de prisión.
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